lunes, 17 de agosto de 2009

Tan sólo tres ducados...


Lo llebaban ya a la horca, en el centro de la Plaza Mayor. Había cometido un crimen horrible, nadie sabía cuál, solo que daba pena contarlo. Pasó por allí por casualidad la carroza real, en la que iba el rey con su mujer, a la que acababa de desposar en España. Contemplaron el barullo que había en la plaza y decidieron adelantarse para ver lo que sucedía. Al verlo con claridad, la reina se tapó los ojos. Pero justo cuando el verdugo iba a girar la palanca, el rey se adelantó, y le dijo al verdugo:

-¿Cúal es el precio para salvar la vida de este pobre insensato?

-La ley estipula que con 1000 ducados el hombre quedará libre, se cual sea el crimen.

Sacó el rey del tesoro real 700 ducados, y la reina añadió otras 50 monedas de su cartera.

-¿No bastan 750 ducados?-preguntó la bondadosa reina.

-La ley estipula que sean 1000- repitió el verdugo.

Entonces entraron en la plaza los caballeros del séquito real, y añadieron entre todos 247 ducados más. El verdugo los contó entre todos y anunció:

-No son suficientes. La ley estipula que sean 1000 ducados y aquí solo hay 997.

-¿Y por sólo tres ducados ahorcarán a este hombre?-intervino la reina.

-La ley estipula que sean 1000 ducados, no 997-contestó la fría voz del verdugo.

Pero entonces calleron del bolsillo del acusado varias monedas. Tres ducados para ser exactos, que junto a los 700 del bondadoso rey, los 50 de la piadosa reina y los 247 de los fieles caballeros del séquito real, sumaron 1000 ducados. Y el preso quedó libre, y fue acogido por los reyes en su valioso palacio, para vivir feliz y contento hasta el fin de sus días.


¿Y cuál es la moraleja de esta historia?

¿Quién era ese afortunado preso que fue salvado por la bondad del rey, la intersección de la reina y la piedad de los caballeros del séquito real?

¡Bien podría ser cualquiera de nosotros! Que, en el día del juicio final, seremos salvados por la bondad de Dios, la intersección de la santísima virgen y la piedad de todos los santos.
Pero todo esto no valdrá nada...


...¡SI NO LLEVAMOS CON NOSOTROS TRES DUCADOS DE BUENA VOLUNTAD!

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